¡ESTOY HARTA!
Estoy harta. ¡Ya basta! De verdad… ¿no crees que fue suficiente? Estoy empezando a creer que me volví completamente loca. Cada día se vuelve más insoportable para mí, y no quiero buscarte. Pero por todos mis demonios, ¡me tienes tan mal! No exageraba cuando dije que te volviste un vicio para mí. Realmente me siento como una adicta. Tengo esa sensación de necesitarte cada día que pasa, y es tan odiosa la sensación. Me siento tan malditamente débil ante tu existencia. Tan patética… La ansiedad, los nervios de punta, mis cambios repentinos y completamente bruscos de humor, mi estado mayormente depresivo, la necesidad de fumar más de lo habitual para tratar de aliviar todos esos síntomas, que sólo se calman mientras dura el cigarro… ¡Estoy tan dañada! ¡Diablos! Soy una completa estúpida… He estado a punto, muchas veces, de aceptar tirar los últimos gramos de dignidad para poder decirte todo esto. Necesito que lo sepas. Necesito desahogarme. Pero no sirve de...