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Mostrando entradas de octubre, 2016

LE FALLÉ...

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      El hecho es que le fallé. Si. Lo hice. Lo hice desde el principio, y más de una vez lo hice intencionalmente... Llámame cruel.     Llámame sínica.        Llámame estúpida... Pero quiero dejar en claro que siempre lo hice por él. Yo sé que me enamoré de él desde el primer día. Sabía que pondría mi mundo totalmente de cabeza y la verdad eso me hacía felíz. Pero también sabía que corría el riesgo de yo hacer lo mismo en su vida, y eso yo no lo podía permitir. Él es tan maravilloso, tan imperfecto, tan transparente y honesto, en cambio yo... yo soy tan... yo... Y él merece algo mejor. Que si le van a desordenar la vida, sea alguien que al menos le deje un desorden bonito... No como yo... la loca de la poesía aburrida... Por eso cuando me preguntan por qué no le digo que lo quiero me callo y volteo la mirada... Es que no tengo derecho a volverle a fallar... ...

¿Dónde queda el final?

Te dicen que nunca te rindas y que luches por lo que quieres, hasta el final… Pero cuando “lo que quieres” es a él… y él no siente lo mismo por ti, y no quiere estar contigo… ¿Cómo puedes saber cuándo es el final? Es decir… ¿Qué caso tiene luchar? Cuando no hay ni una esperanza… Cuando ya entregaste cada pedazo de tu corazón y sólo te quedan ruinas, y aún así él no parece más interesado que al principio… ¿Cuándo llega el final de esa situación? ¿Realmente tienes que seguir picando la piedra sin rendirte? ¿Para qué? Te dicen que luches por hacer realidad tus sueños… ¿Qué pasa cuando tu único sueño prefiere no estar contigo? ¿No es mejor aceptar que hay cosas que no dependen de uno? Y dejar de insistir en alguien que no puede ni quiere sentir lo mismo por ti… ¿Cómo puedes saber que ya lo hiciste todo? ¿En qué punto decides que ya no hay más camino? Que se acabó… Nadie te dice cómo reconocer ese punto… Nadie te dice cómo sabrás que ya luchast...

TU LUZ

Cuando duermes a mi lado algunas noches, me iluminas. Y tu luz es tan radiante que encandilas y me das insomnio... Me gusta observarte, al alba, antes de que despiertes; y ver como tu luz se mezcla con la del sol, cuando tú iluminas mis adentros y el sol ilumina la paz en tu cara... Otras noches,  las que no paso contigo, se vuelven espantosamente oscuras. Y sufro de insomnio también. El frío no me deja dormir. Sólo recordar el calor de tu piel me consuela, y me animo a dormir solo para soñar contigo... Cuando la distancia es grande, los amores se definen. La distancia es buena para el alma.