LA PENITENCIA
Es bien simple, mira: Y o siempre voy a regresar a ti, porque no importa qué tan enamorada me sienta de otra persona, y que tan bueno y maravilloso sea él, o lo bien que me trate y lo felíz que me haga, al final sé que tú siempre, siempre vas a tener esa parte de mí que te entregué y sin la cuál no puedo sentirme completa. Y tú, sin importar cuánto tiempo me haya ido, si yo estuve con otro y tú con alguien más también, si no hablamos en meses y no sabes siquiera si aún vivo en la ciudad, de todas maneras siempre, siempre vas a estar esperándome en silencio. No importa el tiempo, sabes que así es. No podemos simplemente renunciar. No podemos simplemente terminar. Vivimos dentro del otro. En silencio. En un rincón oscuro y húmedo talvez. Como moho en el alma... Esa, habibi, será nuestra penitencia por no haber sido lo suficientemente valientes para aceptar que uno no existe sin el otro. Buscarnos y perdernos va a ser nuestro castigo, por haber sido tan cobardes...