Hay veces que quisiera ser fantasma… y colarme por tus oídos con una palabra dulce mientras duermes… y entrar en tus sueños… y hacerte sonreír. Hay veces que quisiera ser fantasma… y aparecerme frente a ti por las mañanas, cuando aún no estás muy despierto. Que te talles los ojos y yo ya no esté… así… como pasa luego en las pelis… Hay veces que quisiera ser fantasma… pero uno de esos molestos, y aparecerme frente a ti por todos lados: en la cocina, en la regadera, camino al trabajo, en el parque, y por supuesto en el bar, en la sonrisa de alguna chica a la que estés pensando coquetearle para conseguir un polvo. Hay veces que quisiera ser fantasma… y navegar por tu vida en silencio… y que cuando por fín creas llevar una vida normal, con cualquier excusa aparecerme entre tu cigarro de la mañana y el café. Ser un fantasma… uno callado… al que le hables antes de dormir cuando te sientas sólo en casa, y pienses que te estás volviendo loco por hablarle a un fantasma… ...