RECUERDOS DE UN FANTASMA

Ahora que me mantengo alejada, y que te veo más. Ahora que todo está volviendo a la normalidad, que nada es amor, que todo por fin vuelve a ser lo que era... Ahora que tengo paz... Veo tan claramente todo. Y empiezo a ser quien era, pero más. Se acabó la inspiración. El frío al corazón ha regresado... Fuego en el cuerpo, hielo en la boca, pero olvidaba que el hielo también quema... Ahora que entendí que no puedo jugar a quererte y que empecé a caminar hacia atrás para seguir adelante, ahora que todo va bien y las cosas están en su sitio... Ahora que tengo paz... Ahora quisiera mi guerra interna, esa que me hacía sentir viva. Ahora quisiera esa pelea entre mi deseo y el odio que creí tenerte...

Y entonces, después de tantos fantasmas, tantas noches desperdiciadas vagando entre la tibieza de camas sin futuro, apareció. Y aprendí a hacer el amor. Me enseñó a besar despacio, y a besar fuerte. A hacer el amor en una sonrisa... hacer el amor con una mirada... hacer el amor en el café de la mañana, y en las canciones antes de dormir. Y aprendí mucho más. Que sí, que se puede hacer el amor en la cama, y en el sillón, y en el piso... Pero también se hace en un "buenos días" y en un "ve con cuidado"... Y aprendí con él, que después de aprender a hacer el amor, el sexo se vuelve algo aparatosamente desastroso y deprimente cuando no lo haces con él... con el fantasma con el que aprendiste a hacer el amor... En especial cuando ha sido un amor así de fuerte, así de libre, así de adictivo, y así de malditamente único como fue con él...