Así era él...
Nunca fue un hombre de ensueño…
era
exactamente lo contrario a un príncipe azúl.
Él era oscuro, frío, y de piel de
fuego…
él era nada dulce, nada tierno, nada heróico…
Él era todo lo contrario a
lo que cualquiera querría en su vida…
Por suerte yo ya no me sentía viva…
y
su magia negra se fusionó con mi fantasma herido…
me curó…
y me encerró en una
jaula, en el fondo de su húmedo corazón…
de donde no tengo intenciones de salir…
nunca…
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